sábado, 18 de julio de 2009

Brooklyn Follies


A los casi setenta años Nathan Glass buscaba un lugar tranquilo para morir, si bien había sobrevivido a un cáncer de pulmón y a un divorcio después de treinta y tres años de matrimonio, había perdido demasiadas cosas y no se sentía con ánimos para seguir. Así que resolvió volver a Brooklyn, el lugar en que nació y pasó su infancia, quería vivir allí lo que le quede de su “ridícula vida”.

Una vez instalado en su nuevo hogar, comenzó a escribir para llenar su tiempo libre lo que tituló como “El libro de las locuras de los hombres”.Contará todo lo que pasa a su alrededor, todo lo le ocurre y todo lo que se le ocurre, y hasta algunas de la historias-caprichosas, disparatadas, verdaderas locuras- de personas que recuerda.

Comienza a reconocer el barrio, y a frecuentar los cafés y las librerías de segunda mano, en la de Harry Brigman, un homosexual culto y contradictorio que no es ni remotamente quien dice ser se encuentra inesperadamente, con Tom, su sobrino, el hijo de su amada hermana muerta, a quien hace años que no ve.

El joven había sido un universitario brillante, la gran promesa de su promoción. Y ahora, solitario y con unos cuantos kilos de más, conduce un taxi y trabaja a tiempo parcial en la librería.

Quizás este encuentro marque el cambio de rumbo para Nathan, a partir de allí una nueva red social se tejera para el descubriendo que en realidad vino a Brooklyn no para morir si no para vivir.

En esta novela, Auster con su acostumbrada maestría construye, a partir de una idea aparentemente deprimente, un relato divertido, cargado energía y optimismo.

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